Olvidarte surge de la cabeza; dejarte, abandonarte,
simplemente donarte a aquellos que te necesiten y me vuelvo vagabundo, un
necesitado.
Perseguirte surge de mis entrañas, de aquellas criaturas
guerreras, hermosas, aladas: esas mariposas. Aun con su carne y sangre
hirviendo no pierden la elegancia.
… Matarte surge de mí ser, no me sirves más, necesito
liberarme de cordura, esa mujer cuerda, esa cuerda… que me ata.